Retirar el tocino de la loncha de Jamón Ibérico supone
privarlo de una parte importantísima de su sabor y de su aroma. Recordemos que
el sabor y el aroma proceden en gran medida de sustancias volátiles que derivan de los lípidos (grasas). Si retiramos la grasa restaremos calidad sensorial
al producto, por lo que no debemos hacerlo si queremos disfrutar del producto
en su máxima plenitud.